martes, 13 de noviembre de 2012

Los "lluvias de estrellas"

Las órbitas elípticas de los cometas están todas ellas llenas de escombros. Esas órbitas cortan las órbitas de los planetas. Por eso cuando la Tierra cruza las órbitas de los cometas se producen las "lluvias de estrellas".

Las órbitas de los cometas

Los cometas pueden describir tres tipos de órbitas:
1) Elípticas: los cometas cuyas órbitas son elípticas tienen carácter periódico, moviéndose alrededor del Sol, el cual ocupa uno de sus focos. Por regla general, sus excentricidades son grandes. Algunos cometas tienen períodos orbitales relativamente cortos como es el caso del cometa P/Encke, con un periodo de 3'3 años mientras que otros tienen centenares de años.

2) Hiperbólicas.
3) Parabólicas.
Los cometas cuyas órbitas son hiperbólicas o parabólicas no son periódicos puesto que sus curvas no son cerradas. Luego, aparecen una sola vez surgiendo de las profundidades del espacio, se acercan al Sol y se alejan del mismo desapareciendo para siempre.

martes, 30 de octubre de 2012

De dónde proviene el agua

10 octubre 2012
El telescopio espacial Herschel de la ESA ha descubierto vapor de agua en una nube molecular que está empezado a colapsar para formar una nueva estrella del tamaño de nuestro Sol. La cantidad de vapor es tal que podría llenar 2.000 veces los océanos de la Tierra.
El agua parece formarse en las nubes cósmicas, remanentes de las estrellas que explotaron y matriz generadora de nuevas estrellas y sus planetas.

Las estrellas se forman en el seno de frías nubes de gas y polvo, los ‘núcleos pre-estelares’, que contienen todos los ingredientes necesarios para crear sistemas planetarios como el nuestro.
Ya se había descubierto agua fuera de nuestro Sistema Solar, cerca de las regiones donde se están formando nuevas estrellas y en discos protoplanetarios. Estas moléculas de agua se encontraban en forma de vapor o en estado sólido, unidas a las partículas de polvo. Herschel realizó este descubrimiento al estudiar un núcleo pre-estelar de la constelación de Tauro conocido como Lynds 1544. Esta es la primera vez que se detecta vapor de agua en una nube molecular que está a punto de comenzar el proceso de formación de una nueva estrella. El vapor detectado, suficiente como para llenar más de 2.000 veces los océanos de nuestro planeta, fue liberado de las partículas de polvo congelado por la acción de los rayos cósmicos de alta energía que atraviesan la nube. “Para generar tal cantidad de vapor, tiene que haber suficiente agua congelada en la nube como para llenar tres millones de océanos terrestres”, explica Paola Caselli, de la Universidad de Leeds, Reino Unido, autora principal del artículo que presenta estos resultados en la publicación Astrophysical Journal Letters. “Antes de realizar este descubrimiento, pensábamos que no se podría detectar vapor de agua en estas regiones, ya que la temperatura es tan baja que toda el agua tendría que estar congelada”. “Ahora tenemos que revisar nuestras hipótesis sobre los procesos químicos que se desarrollan en estas regiones de alta densidad y, en particular, el papel que juegan los rayos cósmicos para mantener una cierta cantidad de agua en estado gaseoso”.


Agua en L1544
Las observaciones también desvelaron que las moléculas de agua están fluyendo hacia el centro de la nube, lo que podría indicar que acaba de comenzar su colapso gravitatorio tras el que, probablemente, se forme una nueva estrella. “A día de hoy no existe ningún indicio de estrellas en el interior de la nube, pero al estudiar las moléculas de agua descubrimos que existe movimiento en la región, lo que podría indicar que la nube está empezando a colapsar”, indica Caselli. “La nube contiene suficiente material como para formar una estrella tan masiva como nuestro Sol, por lo que también podría dar lugar a un sistema planetario similar al nuestro”. Parte del vapor de agua detectado en L1544 se consumirá durante la formación de la nueva estrella, pero el resto se incorporará al disco que probablemente la termine rodeando, constituyendo una importante reserva para los planetas que se podrían llegar a formar en él. “Gracias a Herschel somos capaces de seguir el ‘rastro del agua’ desde una nube molecular en el medio interestelar, a través de todo el proceso de formación de las estrellas, y hasta un planeta como la Tierra, en el que el agua es un ingrediente indispensable para la vida”, explica Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel para la ESA.

Telescopio espacial Herschel del Centro Europeo de Astronomía Espacial: ESA.

El telescopio espacial Herschel pertenece al Centro Europeo de Astronomía Espacial, ESA, y es monitoriado desde las instalaciones que se encuentran en Madrid, España.

 
Para finales de 2007 se completó el montaje del Telescopio Espacial de Infrarrojo Lejano de la ESA Herschel, que estudiará la formación y evolución de las estrellas y galaxias.

La misión Herschel, equipada con el mayor telescopio jamás lanzado al espacio (con un espejo primario de 3,5 metros de diámetro), pondrá a disposición de los astrónomos la mejor herramienta existente para explorar el universo en longitudes de onda de infrarrojo lejano y submilimétricas.

Analizando la luz en estas longitudes de onda los científicos pueden ver el universo ‘frío’. Herschel les proporcionará una visión sin precedentes, permitiéndoles profundizar en las regiones de formación estelar, centros galácticos y sistemas planetarios.

Para lograr sus objetivos y ser capaz de detectar la débil radiación procedente de los objetos más fríos del cosmos, de otra manera ‘invisibles’, los detectores de Herschel deben operar a temperaturas muy bajas y estables. El satélite lleva a bordo el equipamiento necesario para enfriar los detectores casi hasta el 0  absoluto de temperatura (-273.15 ºC); en concreto desde -271 ºC a apenas unas décimas de grado por encima del cero absoluto. Sólo esto se considera ya un logro para la industria y la ciencia europeas.

El satélite Herschel está conformado con módulo de carga útil; criostato; módulo de servicio; telescopio; y paneles solares. Fue lanzado al espacio en julio de 2008.

Estación Espacial Internacional ISS


La Estación Espacial Internacional consta de 100 piezas que fueron llevadas al espacio mediante más de 50 lanzamientos de diferentes naves espaciales. Se terminó el trabajo en 2.006.
La Estación es la mayor estructura creada por el ser humano que jamás haya surcado el espacio. Pesa 455 toneladas, con una longitud de 100 metros y una anchura de 80 m.
El volumen presurizado de la Estación Espacial, cifrado en 1.200 metros cúbicos, es equivalente al de dos Jumbos “Boeing 747”, que es, en la actualidad, el mayor avión comercial del mundo.
Hay espacio suficiente para una tripulación de hasta siete personas, que llevan a cabo innumerables observaciones y experimentos científicos.
Uno de los astronautas que se encuentra en estos momentos allí es Douglas Wheelock.
 

domingo, 28 de octubre de 2012

Agua en Venus

Venus gira en sentido contrario a como lo hace la Tierra, pero no gira sobre sí mismo sino en el proceso de traslación, o sea que tiene un lado que se enfrenta al Sol indefinidamente y donde hace una temperatura muy elevada, y otra cara eternamente oscura con una temperatura de -175 gCelsius. En total la temperatura media es de 482 gC.
Si hay agua en Venus, no es superficial. 

Marte está lleno de agua

José Manuel Nieves / Madrid
Día 01/08/2012 - 17.18h
Según un artículo recién publicado en la revista Geology, existen sólidas evidencias que indican la existencia de enormes reservas subterráneas de agua en Marte. El agua está relacionada con la vida ya que el agua es esencial para que se produzcan los procesos biológicos tal y como los entendemos en la actualidad
Los antiguos valles fluviales y fondos marinos revelaban un pasado marciano rico en agua superficial.
En 2003 la Mars Odyssey pudo detectar, por primera vez, pequeñas partículas de agua helada justo bajo la superficie de Marte. Algo que algunos años después fue confirmado "in situ" por la misión Phoenix.
No cabe duda, pues, de que en la superficie de Marte, o muy cerca de ella, hubo y hay agua.
Ahora, y por primera vez, un grupo de investigadores dirigidos por Francis McCubbin, de la Universidad de Nuevo Mexico, ha conseguido aportar sólidas evidencias de que en el interior de Marte también hay agua, y mucha, por cierto; tanta como en la Tierra...
Analizando la composición de dos meteoritos marcianos (el Shergotty, caído en la India en 1865 y el Queen Alexandria, encontrado en 1994 en la Antártida), los investigadores han llegado a la conclusión de que el manto de Marte (el estrato de roca que hay entre la corteza y el núcleo) contiene
entre 70 y 300 partes por millón de agua, un porcentaje sorprendentemente similar al del manto terrestre. Ambos meteoritos son de origen volcánico y proceden, pues, del interior del Planeta Marte. Llegaron a la Tierra en diferentes momentos, pero salieron de Marte en el mismo periodo, hace 2,5 millones de años, como consecuencia del impacto de un meteorito que lanzó al espacio una gran cantidad de rocas marcianas. En una suerte de "carambola cósmica", algunas de esas rocas aterrizaron después aquí, en nuestro planeta, llevando consigo un auténtico tesoro de información que, por ahora, no puede obtenerse directamente de Marte por ningún otro medio.
En palabras de Erik Hauri, uno de los autores de la investigación, "analizamos dos meteoritos que tienen historias muy diferentes. Uno se mezcló con una considerable cantidad de elementos durante su formación, mientras que el otro no". En ambos casos, los investigadores buscaron las moléculas de agua presentes en el interior de cristales de apatita, y utilizaron esas moléculas para determinar la cantidad de agua que contenía la roca marciana original que produjo los meteoritos.
Los resultados fueron toda una sorpresa. Ambas rocas, en efecto, sugieren que el manto marciano contiene entre 70 y 300 partes por millón de agua, una cantidad que es extraordinariamente similar a la del manto terrestre. Y dado que ambos meteoritos contienen el mismo porcentaje de agua a pesar de sus diferentes historias geológicas, los investigadores creen que ese agua se incorporó al manto hace miles de millones de años, durante la propia formación del planeta.
 

En la Luna hay agua

La superficie de nuestro satélite contiene cristales con restos significativos de agua en su interior. No obstante, el agua lunar tiene una composición diferente a la de la Tierra.
La geóloga Yang Liu y sus colegas de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) analizaron muestras de la superficie lunar traídas a la Tierra por las misiones Apolo, la mayoría de ellas por el astronauta Neil Armstrong, y vieron que contenían restos de agua en algunos de sus componentes.
El análisis de las muestras puso al descubierto similitudes entre estos restos de agua y los iones de hidrógeno presentes en el viento solar, lo que induce a creer que fue este viento el responsable de transportar iones de hidrógeno hasta la Luna.
 
En 2009 la NASA confirmó que la Luna contiene grandes cantidades de agua.
 
La misión 'Satélite de Observación y Detección de Cráter Lunar’ (LCROSS, según sus siglas en ingles) llevada a cabo en octubre de ese año consistió en impactar contra el Polo Sur de la Luna un cohete de más de dos toneladas, lo que levantó el terreno y permitió que un pequeño satélite de la NASA recogiera muestras y las enviara a la tierra.
Si bien es cierto que los científicos siempre pensaron que en el satélite terrestre no había agua, a lo largo de la década de 1990 la NASA comenzó a detectar evidencias indirectas de su presencia en la Luna. La Misión LCROSS fue diseñada para poner fin a esta especulación.

 
A partir de este momento es preciso empezar a hablar en otros términos de todo.

martes, 24 de enero de 2012

Venus: el Infierno

Las sondas soviéticas han demostrado que Venus es lo más parecido al concepto que tenemos del Infierno. Su atmósfera es irrespirable PARA TODO TIPO DE VIDA CONOCIDA, pues está compuesta en un 97% de anhídrido carbónico, 1% de vapor de agua y sólo 0,1 % de OXIGENO. Además se verifican FRECUENTES LLUVIAS DE ACIDO SULFURICO y a esto debemos agregar su presión y elevadas temperaturas, ya mencionadas, suficientes como para fundir los aparatos terrestres en pocos minutos. A la pregunta si el hombre podrá algún día poner el pie en suelo venusino, responde el investigador PETER KOLOSIMO en su excelente libro SECRETOS DEL COSMOS:
"Absolutamente NO. Por cuanto hayan sido y puedan ser aun perfeccionadas, como en las sondas soviéticas, las técnicas de protección contra el calor infernal del planeta, su temperatura sigue siendo prohibitiva para el hombre".-

Pero que este planeta no cuente con vida propia y que no admita la terrestre, no significa necesariamente que otros seres, cuya composición física resista las terribles condiciones del planeta, o cuya tecnología les haya permitido atenuarlas, no hayan instalado una hipotética base, desde la cual realizan observaciones de la Tierra y de todo el sistema solar...

http://www.fabiozerpa.com.ar/ElQuintoHombre/art_2012/enero_explosion.html