jueves, 24 de marzo de 2011

Atmósfera de Venus: efecto invernadero

La composición de la atmósfera de Venus es consecuencia de su intenso vulcanismo:

Bióxido de carbono (CO2) en un 96%.

Nitrógeno (N2) en un 3,5%

Vapor de agua (H2O) en un 0,1%.

Oxigeno (O2) en 69,3 ppm (partes por millón).

Monóxido de carbono (CO) en 20 ppm.

Argón en 5 ppm.

Trazas de bióxido de azufre (SO2), vapor de ácido clorhídrico (HCl) y vapor de ácido fluorhídrico (HF), Neón, Criptón y Zenón, entre otros.

Su atmósfera, muy gruesa y pesada, ejerce una presión enorme sobre la superficie del planeta y su principal componente, el bióxido de carbono, produce el llamado efecto invernadero, provocando que la temperatura de la capa superior de la atmósfera ascienda hasta los 500°C.


En la atmósfera se diferencian tres capas de nubes: a 66 Km de altitud, a 61 Km y a 45-47 Km de altitud.

En la capa alta se producen vientos que oscilan entre los 350–400 Kilómetros por hora (los huracanes en la Tierra se desplazan a unos 200 kilómetros por hora). Esto hace que la parte alta sea catalogada como una atmósfera violenta, capaz de darle la vuela al planeta en apenas cuatro días. Hacia latitudes de 75º, tanto hacia el Norte como en el Sur, se produce un incremento en la velocidad de los mismos.

Los vientos de la capa media tienen una velocidad de 220 y 210 Km/h.

La parte baja de la atmósfera es muy tranquila, con vientos de apenas 1 metro por segundo (unos 3,6 kilómetros por hora) mientras que en la Tierra , los vientos de la parte baja alcanzan unos 10 metros por segundo (36 km/h).

Hacia las latitudes superiores a los 65º los vientos se modifican de manera dramática: todas las capas de nubes se unen en un solo movimiento formando un inmenso huracán, y hacia su vórtice (el ojo del huracán), las velocidades se reducen casi a cero Km/h.

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